Esta sombra sencillamente es un papel arrugado. Tus pies me persiguen como las notas a las partituras, siendo igualmente paradójicos, pues, aunque estemos hechos el uno para el otro, muchas veces podemos sonar mal. Me deslumbran tus palabras como rocas pesadas que se diluyen apenas tocan la marea de tu sonrisa. Me atrae una singularidad de tu mirar, como si en el fondo de esas pupilas se posaran mil universos en mil y una dimensiones viajando a través del mundo cuando te miro: desiertos, lagunas, montañas, risas, cigarrillos, cuerpos, besos, sexos. Y nada se compara a hacernos temblar entre sábanas, dominándonos, moviéndonos nuestras placas, provocando que la población de tus bellos se erice de solo pensar en la catástrofe tan hermosa que soy capaz de provocarte con mis labios. Y sin embargo, esta noche es incompleta El jazz pide su whisky pero esta agotado. El blues juega a no inspirar, si no a definir. El saxo se queja de no hacer temblar los oídos ...