Y si busco los gatos negros en las suertes equivocadas. Y si encuentro la luna en las piernas que no imaginaba. Si fuera la botella vacía que antes un ron albergaba pero ahora soy la vida en soledad que antes me embriagaba. Y si ya encontré mil vidas pero enfrascadas en la mía. Y si ya descubrí que cada dolor desata una forma de alegría. ¿Qué será de la noche fría? Si las lágrimas se vuelven amnistía cuando tu soledad es la juez y empieza a juzgar la mía. Cuando llegará el día en que descubras que el destino nos quería, que los caminos se hacen de piedra. Que recorrí tu cuerpo sabiendo que era de miel y hiedra. Que si tropezábamos iba a ser gustosa la caída. Ahora míranos, buscando el amor entre las migajas sin saber que inventamos nuevos cielos. Es triste saber que un amor que volaba ahora camina perdido por extraños suelos.