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Mostrando las entradas de 2020

Fragmentos Inútiles: insilio

  Vasili Kandinsky - Amarillo, rojo y azul Qué raro, verdad, que una mujer no pueda olerse como la huele el hombre. Aquí exactamente. No te muevas, déjame. Olés a jalea real, a miel en un pote de tabaco, a algas aunque sea tópico decirlo. Hay tantas algas, la Maga olía a algas frescas, arrancadas al último vaivén del mar. A la ola misma.  Julio Cortázar   Principalmente se invoca una norma griega ancestral: la justicia no tiene principio en el tiempo ni tiene propietario, es decir, responde a un orden eterno, universal e impersonal. Claudio César Calabrese, Ethiel Junco Ernesto San Epifanio dijo que existía literatura heterosexual, homosexual y bisexual. Las novelas, generalmente, eran heterosexuales, la poesía, en cambio, era absolutamente homosexual, los cuentos, deduzco, eran bisexuales, aunque esto no lo dijo.  Roberto Bolaño España vive sumida en el hedonismo mediterráneo y a mi me encanta vivir así.  Manuel Ambrosio La <<realidad>> acecha const...

Ser - en todos los tiempos

Somos cuatro y el pecado. Corrientes de risa ardiente. Fijo tus diamantes desangrados, brillo que me castiga perpetuamente. Es el whisky sin tus rocas, tus miradas sin pasado,  labios que solo habitan el presente, magia del pudor sin ningún truco. Somos oro sin fundirse  pero colgado de cuellos rotos. Nuestra carne, joyerías vacías.  Nuestros cuerpos,  las arrugas de las fotos. Fuimos la revelación de lo prohibido, la advertencia del poder marcharse.  Sobre nubes de tormenta, tejimos nuestro nido sin prever que, en verano, podía mojarse. Alas sin vuelo pero siempre sobre el cielo, fango de la nostalgia de un bolero. Seremos canciones de embriaguez,  guiadas por el tintero.  Las venas de mi tierra abiertas, descubriendo la belleza en el desastre.

Las cadenas

Punta del Diablo, Uruguay 26 de febrero del 2020  I Las cadenas se han oxidado. Ya no es oro lo que brilla, ahora es la mirada azuleja de un mar en paz. La tierra nos habla en forma de susurros matutinos y las olas bañan un corazón de roca al borde de las playas, ablandándolo un poco más, pero la mayoría de veces somos desiertos vivientes sin darnos cuenta que poseemos mil y una dunas dentro. Las palabras cálidas se gastaron para volverse verbos secos. ¿Salvarnos o apresarnos? Solo el color de las orquídeas puede respondernos y lo hace constantemente, en silencio. Ese tipo de silencio que se encuentra en la mirada entre amantes, en noches de luna llena, en madrugadas costeras. (¿Por qué nos gritará tanto el sigilo?) Las hojas y el hombre poseen las mismas venas, se bañan con la misma luz, aman igual. El error: nuestra piel quiere definir lo que solo el alma puede percibir. Es la magia del Otro Mundo la que tenemos en las palmas y para eso no existe taro...