Singularmente estoy en los lugares que no puedo soñar
Y sin embargo aun sueño.
Le tengo miedo a mis huellas por que
están ausentes donde no quiero dejar ausencias.
Cierro los ojos y no hallo a mis fantasmas
por que al parecer yo también hago parte de ellos.
Y es donde mi existencia juega en un tablero de crueles
realidades que se imponen en mi imaginación.
Por que creo entender que no vivo en la tierra si no que
casi siempre mis poemas son tallados sobre la luna.
Aquella que miro en las noches, ahogada en estrellas
deleitada por miradas nostálgicas, perecederas
por palabras inmortales de simples melodías
que salen de la tinta.
Y es irónico que en el papel pueda haber mas vida que
en la voz: Bajo mi mascara escondo un reflejo casi inmortal
de mi mismo, pero que aun no logro reconocer.
Vislumbro siempre y perpetuamente una mirada.
La única mirada digna de confundir, por que atraviesa,
exige, y conquista.
Y moldea el amor a su antojo,
de manera tiránica o simplemente siendo una heroína.
Llevando los ojos a la luna para que siempre
busque en las copas de vino que rodean mi soledad,
y que intenten llenar la ausencia que tanto busco atesorar,
y me hagan salir de mi sueños inexistentes a mis
fantasías vivas. Que me hagan reconocerme tal vez en ti
o tal vez en algo.
Y en algún momento decir: Me sentí su(tu) dueño
Y saber que nunca lo fui.
O quizás que nunca existi.
Y sin embargo aun sueño.
Le tengo miedo a mis huellas por que
están ausentes donde no quiero dejar ausencias.
Cierro los ojos y no hallo a mis fantasmas
por que al parecer yo también hago parte de ellos.
Y es donde mi existencia juega en un tablero de crueles
realidades que se imponen en mi imaginación.
Por que creo entender que no vivo en la tierra si no que
casi siempre mis poemas son tallados sobre la luna.
Aquella que miro en las noches, ahogada en estrellas
deleitada por miradas nostálgicas, perecederas
por palabras inmortales de simples melodías
que salen de la tinta.
Y es irónico que en el papel pueda haber mas vida que
en la voz: Bajo mi mascara escondo un reflejo casi inmortal
de mi mismo, pero que aun no logro reconocer.
Vislumbro siempre y perpetuamente una mirada.
La única mirada digna de confundir, por que atraviesa,
exige, y conquista.
Y moldea el amor a su antojo,
de manera tiránica o simplemente siendo una heroína.
Llevando los ojos a la luna para que siempre
busque en las copas de vino que rodean mi soledad,
y que intenten llenar la ausencia que tanto busco atesorar,
y me hagan salir de mi sueños inexistentes a mis
fantasías vivas. Que me hagan reconocerme tal vez en ti
o tal vez en algo.
Y en algún momento decir: Me sentí su(tu) dueño
Y saber que nunca lo fui.
O quizás que nunca existi.
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