En la ciudad de las estrellas, cada un de
ellas brilla por ti.
Ninguna pasa desapercibida por completo
porque al menos tú cada noche ves una por ahí.
Cuando caminas lentamente por la acera
dando pisadas que no tienen fin.
Cuando miras tus pasos, y escuchas los míos por ahí.
Nos imaginas bailando en algún lugar
que tenga magia de escenarios y música jazz.
En la ciudad de las estrellas, piensas en mi.
Tus pensamientos no pasan desapercibidos por completo
porque yo también pienso en ti.
Cuando pones a Medrano sentada en un bar
y lo cantas como si la melodía no tuviera fin.
Cuando nos imaginas besándonos
como cuando la pasábamos juntos, riendo en el jardín.
En esta loca ciudad bautizada Bogotá,
me enamoré de ti simplemente al verte suspirar.
Cuando me contaste en el muro de piedra
que tu vida tendría fin.
Cuando te entregaste conmigo y yo me entregué por ti.
Nos ves tomándonos las manos
como cuando paseábamos por Buenos Aires.
Cuando te besaba frente al tango
y leía a Pizarnek por ti.
La ciudad gaucha me junto contigo
y desde ahí supe que aunque no estuvieras ahí,
serías la primera que amaría hasta el fin.
La música, los cigarros y las ocasos,
tus besos, tus sábanas y mis labios besándote.
Tu risa, tu cuerpo y tus abrazos,
Mi cama, tu tristeza y las lagrimas brotando.
Ninguna pasa desapercibida por completo
porque al menos tú cada noche ves una por ahí.
Cuando caminas lentamente por la acera
dando pisadas que no tienen fin.
Cuando miras tus pasos, y escuchas los míos por ahí.
Nos imaginas bailando en algún lugar
que tenga magia de escenarios y música jazz.
En la ciudad de las estrellas, piensas en mi.
Tus pensamientos no pasan desapercibidos por completo
porque yo también pienso en ti.
Cuando pones a Medrano sentada en un bar
y lo cantas como si la melodía no tuviera fin.
Cuando nos imaginas besándonos
como cuando la pasábamos juntos, riendo en el jardín.
En esta loca ciudad bautizada Bogotá,
me enamoré de ti simplemente al verte suspirar.
Cuando me contaste en el muro de piedra
que tu vida tendría fin.
Cuando te entregaste conmigo y yo me entregué por ti.
Nos ves tomándonos las manos
como cuando paseábamos por Buenos Aires.
Cuando te besaba frente al tango
y leía a Pizarnek por ti.
La ciudad gaucha me junto contigo
y desde ahí supe que aunque no estuvieras ahí,
serías la primera que amaría hasta el fin.
La música, los cigarros y las ocasos,
tus besos, tus sábanas y mis labios besándote.
Tu risa, tu cuerpo y tus abrazos,
Mi cama, tu tristeza y las lagrimas brotando.
La ciudad nos aparta de aquí
y los caminos ya no se ven dibujados en el suelo.
Te separas de mi sueño y tu sueño se separa de mí.
En la ciudad de las estrellas (aunque ya no estés conmigo)
Tu sigues pensando en mí y yo sigo pensando en ti.
Comentarios
Publicar un comentario