Soy un criminal porque me enamoré de ti
y en estos tiempos de locura,
creer en el amor es no tener cordura.
Que por quererte me receten hasta rivotril.
Que, ojalá, me aprisionen por loco
pero que mi eterna cárcel sean tus labios.
Pues con tus besos me transporto poco a poco
al universo que construimos entra sábanas,
tragos, caricias y secretos cálidos.
A ti no te escribo como a la luna,
ni te recito como a la noche.
Te recito como perfectamente Pedro Pastor
dedicaba selvas verdes a las partituras.
Te recito con las ganas de quedarme
derretido en tu piel.
Pues eres un meteorito de locura, pasión
y amor, que cayó en mi corazón
en forma de sexy mujer.
Tú haces que el verbo enamorar
sea cada vez más grande. Haces que Dios
se cuestione de si existen nuevas formas de amar.
Pues estamos perfectamente hechos para
habitar nuestro amor tan adictiva-mente imperfecto.
Se que son veinte y la cama
y las noches contigo son como recitar lluvias en las dunas.
Se que los desiertos a tú lado no se viven con sed
y que los glaciares más inmensos
se derriten con la presencia de tu ser.
Se que las guitarras tiemblan al verte
pues componen mil canciones en un segundo
con tu figura.
Tus cabellos dorados son mil atardeceres
que llenan mi boca de anaranjado para
pintarte besos que desnuden mi cordura.
En tu espalda hago un mapa
para viajar por tu vientre.
Encontrar el tesoro de tus nalgas
y tallarme en el alma
tu erotismo que me desquicia
y me de hambre de versos, con solo verte.
Son whisky y la damas.
Son tú y las princesas.
Son reinos con tronos para ti
son mis labios llamándote alteza.
Son reinas en ballets
con champan en los dedos.
Embriagada en la noche
nuestro universo va por
las calle sin freno.
Atropellamos estrellas,
fornicamos cielos,
inhalamos lunas
y parimos versos.
Gemimos amores,
enterramos sufrimientos,
recitamos colchones,
y somos alfareros
de nuestros propios secretos.
Le producimos orgasmos a la poesía,
pues no sigue el ritmo de nuestro malabares.
Tus ojos encajan con mi sonrisa,
y tus te quiero provoca tsunamis en mis mares.
Es tú nombre el que pide mi corazón,y en estos tiempos de locura,
creer en el amor es no tener cordura.
Que por quererte me receten hasta rivotril.
Que, ojalá, me aprisionen por loco
pero que mi eterna cárcel sean tus labios.
Pues con tus besos me transporto poco a poco
al universo que construimos entra sábanas,
tragos, caricias y secretos cálidos.
A ti no te escribo como a la luna,
ni te recito como a la noche.
Te recito como perfectamente Pedro Pastor
dedicaba selvas verdes a las partituras.
Te recito con las ganas de quedarme
derretido en tu piel.
Pues eres un meteorito de locura, pasión
y amor, que cayó en mi corazón
en forma de sexy mujer.
Tú haces que el verbo enamorar
sea cada vez más grande. Haces que Dios
se cuestione de si existen nuevas formas de amar.
Pues estamos perfectamente hechos para
habitar nuestro amor tan adictiva-mente imperfecto.
Se que son veinte y la cama
y las noches contigo son como recitar lluvias en las dunas.
Se que los desiertos a tú lado no se viven con sed
y que los glaciares más inmensos
se derriten con la presencia de tu ser.
Se que las guitarras tiemblan al verte
pues componen mil canciones en un segundo
con tu figura.
Tus cabellos dorados son mil atardeceres
que llenan mi boca de anaranjado para
pintarte besos que desnuden mi cordura.
En tu espalda hago un mapa
para viajar por tu vientre.
Encontrar el tesoro de tus nalgas
y tallarme en el alma
tu erotismo que me desquicia
y me de hambre de versos, con solo verte.
Son whisky y la damas.
Son tú y las princesas.
Son reinos con tronos para ti
son mis labios llamándote alteza.
Son reinas en ballets
con champan en los dedos.
Embriagada en la noche
nuestro universo va por
las calle sin freno.
Atropellamos estrellas,
fornicamos cielos,
inhalamos lunas
y parimos versos.
Gemimos amores,
enterramos sufrimientos,
recitamos colchones,
y somos alfareros
de nuestros propios secretos.
Le producimos orgasmos a la poesía,
pues no sigue el ritmo de nuestro malabares.
Tus ojos encajan con mi sonrisa,
y tus te quiero provoca tsunamis en mis mares.
ya mi corazón cambio de talla.
Sabes que mi alma ya no está escondida.
Mis venas piden tú calor,
y tu nombre es revolución de amor en las más grandes batallas,
pues lo que inspira a que las mariposas sigan volando
eres tú, Carolina.
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