Mujer
de mi tez, de locura divina
¿Es de insensatos proferir a gritos un amor como el tuyo?
En los polvos y en los ríos somos lo que lleva el aliento.
Somos a la vez los prodigios de besos que vencen,
que logran callar el mundo con nuestro roce de labios.
Mujer de mis sueños, piel amada
¿Acaso me siento tuyo en las copas de vino de madrugada?
Ebrios de pasión, sedientos de cariño, así somos.
Me devoras por completo con una dulce mirada
y yo me dejo morder de tus labios como fiel carnada.
Mujer de suspiros, mujer de deseos.
Las memorias van a ser nuestro fiel vapor.
Sé que sientes el ardor masoquista de mis colmillos en tu espalda
y el rasguño de mi barba en la senda de tu cuello,
el tintineo de las alas de mariposa en tu collar de rubor.
Solo queda decirte lo que eres: Mujer.
Eres una senda que comunica la luna con mis letras,
tinta de calor que hemos sembrado en la almohada.
Y mis sabanas son un campo de algodón para ti.
¿Acaso sabes todo lo que enloquezco por ti?
¿Es de insensatos proferir a gritos un amor como el tuyo?
En los polvos y en los ríos somos lo que lleva el aliento.
Somos a la vez los prodigios de besos que vencen,
que logran callar el mundo con nuestro roce de labios.
Mujer de mis sueños, piel amada
¿Acaso me siento tuyo en las copas de vino de madrugada?
Ebrios de pasión, sedientos de cariño, así somos.
Me devoras por completo con una dulce mirada
y yo me dejo morder de tus labios como fiel carnada.
Mujer de suspiros, mujer de deseos.
Las memorias van a ser nuestro fiel vapor.
Sé que sientes el ardor masoquista de mis colmillos en tu espalda
y el rasguño de mi barba en la senda de tu cuello,
el tintineo de las alas de mariposa en tu collar de rubor.
Solo queda decirte lo que eres: Mujer.
Eres una senda que comunica la luna con mis letras,
tinta de calor que hemos sembrado en la almohada.
Y mis sabanas son un campo de algodón para ti.
¿Acaso sabes todo lo que enloquezco por ti?
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