Necesito la tinta que brote de las flores
para poder pintar en el papel la primavera.
Viajar en las inmensidades de la nieve y
saltar el renglón hasta quemar la hoja en verano.
Necesito arder las letras para prolongar el infierno,
gobernar mis palabras y castigarlas.
Pecar por los versos que he dejado de escribir,
para poder pintar en el papel la primavera.
Viajar en las inmensidades de la nieve y
saltar el renglón hasta quemar la hoja en verano.
Necesito arder las letras para prolongar el infierno,
gobernar mis palabras y castigarlas.
Pecar por los versos que he dejado de escribir,
siguiendo los errores, masoquistas.
Los cielos no dejan de mirarme con desidia,
pues en ellos he navegado secando el rio:
el sol se esconde, la luna se aleja y
a la noche le pescan las estrellas.
pues en ellos he navegado secando el rio:
el sol se esconde, la luna se aleja y
a la noche le pescan las estrellas.
Yo las guardo en un vasito, para
que al menos me brillen los sueños
y las copas me permitan escupir pétalos
para sembrarlos en mi almohada.
Yo necesito recitar mis ojos,
pintar mis gritos en las más maldita poesía,
buscar la maldición entre los gritos
y marchitar las voces de los días.
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